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448 Francisco Iglesias (y/o profética) que puede estar al acecho en el proceso formativo continuo que debiera llevar, lógicamente, a la actualización del propio carisma 1 • - Una última clarificación se refiere a lo que he llamado objetivos del tema, o, más exactamente, al conte,lido, al método y al significado de las reflexiones que siguen. He comenzado, deliberadamente, dándoles el título de notas. Y esto por tres motivos sobre todo: porque no pretendo abordar el argumento en toda su profundidad y extensión y, menos aun, amparándome en un consistente bagaje erudito; porque daré prioridad a una exposición preferentemente esquemática, estructurada sobre algunos puntos selectos; y porque, más bien que un intento de análisis de conteni– dos concretos, quisiera proponer un modesto ensayo de aproximación me– todológica al tema a base de algunas señalizaciones globales. El reto de la formación permanente, pese al cúmulo inmenso e intere– sante de estudios y respuestas que ha ido teniendo - a nivel de áreas y destinatarios, de estrategias, contenidos, métodos, modelos de progra– mación, etc... - está reclamando ya, a mi juicio, con vistas sobre todo al futuro inmediato, un trabajo de síntesis y de fundamentación que sitúe y valore antropológicamente, con todas sus consecuencias, la realidad po– tencial, dinámica y evolutiva del ser y del hacerse hombre gracias precisa– mente al proceso educativo: un proceso educativo diversificado desde el punto de vista operativo concreto, pero unitario en las líneas esenciales de su identidad, de sus objetivos y de su globalidad. Sólo desde esa común plataforma de fondo cabe pensar en políticas educativas coherentes, cada vez más sensibles al desafío de la autorrealización del hombre, plural y cambiante, del mañana. Si a la dimensión antropológica se añade la específica del carisma de la vida consagrada - con lo que esto significa de vocación, de gracia, de mundo especial de valores, ideales y creencias - nos encontramos con las exigencias de una dinámica educativa análoga; con la ventaja de que no se trata de un camino de realización personal estrictamente paralelo, sino in– tegrado al antropológico y totalizador del ser hombre comprometido a un tipo de seguimiento radical de Jesús. Plantearse algunas reflexiones sobre la formación permanente a nivel de síntesis y de fundamentación - tanto en la perspectiva antropológica como en la carismática - se hace más aprenlÍante si se tiene en cuenta el 1 Una referencia significativa al riesgo - no hipotético - de estas y otras tentaciones hoy, puede verse en G. F. Pou - A PIGNA - A M. SICARI, La vita consa– crata. Per non tomare indietro, Roma 1994.

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