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LA FORMACIÓN PERMANENTE, MEDIO PARA ACTUALIZAR EL CARISMA FRANCISCO IGLESIAS Observaciones preliminares Para una lectura correcta de las notas que siguen creo que valga la pena subrayar, de entrada, tres apuntes clarificadores relativos a la termi– nología, al planteamiento general y a los objetivos del tema. - En primer lugar, algunas opciones a propósito del léxico. Para evi– tar posibles malentendidos, puntualizo que empleo, como términos inter– cambiables, los vocablos formación y educación. Pese a la diversidad de matices que cobijan ambas palabras - por motivos semánticos, históricos y socio-culturales, sobre todo - no considero relevante ni práctico, en el presente estudio, acentuar distingos a propósito de términos que más que alternativos son complementarios en función de los objetivos fundamenta– les del proyecto hombre y de la promoción de un carisma. Por otra parte, con referencia a la palabra carisma, utilizaré, indistin– tamente, las fórmulas vida consagrada y vida religiosa, dando de lado a las diferencias de la actual disciplina eclesiástica, que ni teológica ni sustan– cialmente hacen al caso. Añado que el verbo actualizar engloba, premeditadamente, las diver– sas acepciones del término consagradas en nuestro diccionario: realizar, poner en acto o en acción, promover, «dinamizar», y poner al día, hacer actual o dar actualidad. - El tema, como se me ha propuesto, tiene un título y un significado bastante obvios y, en principio, no conflictivos. Pongo de relieve este de– talle de la no problematicidad del argumento - como está enunciado - para aludir a una cierta distancia con respecto a la perspectiva general que insinúa y caracteriza el planteamiento de este número interdisciplinar y monográfico de «Laurentianum»: La vida religiosa entre profecía y tentación fundamentalista. Constato esta observación para completarla advirtiendo que he preferido mantener una distancia análoga en el desarrollo de estas notas: por respeto al título que se me ha brindado y por objetividad en el análisis que, a mi juicio, pide el tema. Lo que no excluye que, al menos im– plícitamente, sea hecha alguna referencia a la tentación fundamentalista