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472 Francisco Iglesias Para no alargarme demasiado, me limito a confirmar estas ideas re– cordando unos textos bien elocuentes del propio magisterio. «El carisma mismo de los fundadores se revela como una experiencia del Espíritu, transmitida a los propios discípulos para ser por ellos vivida, custodiada, profundizada y desarrollada constantemente en sintonía con el Cuerpo de Cristo en crecimiento perenne... Todo carisma auténtico lleva consigo una carga de genuina novedad en la vida espiritual de la Iglesia, así como de peculiar efectividad... Cada religioso personalmente tiene también sus propios dones que el Espíritu suele dar precisamente para enriquecer, de– sarrollar y rejuvenecer la vida del Instituto en su cohesión comunitaria y en su testimonio de renovación... En estos tiempos se exige de los religiosos aquella autenticidad carismática, vivaz e imaginativa, que brilló fúlgida– mente en los fundadores... » 32 • «Al Espíritu Santo se atribuye el don de suscitar, mediante hombres y mujeres verdaderamente «espirituales» los carismas de espiritualidad y de apostolado, con una creatividad y una tem– pestividad adaptadas a las necesidades de los tiempos. El hace surgir en la Iglesia, Cuerpo místico de Cristo en permanente crecimiento, energías siempre nuevas que sean testimonio vivo del Evangelio de Cristo. En la perspectiva cristológica y eclesial del Cuerpo de Cristo en permanente cre– cimiento mediante los ministerios y carismas (Cfr. Ef. 4, 11-16), la vida con– sagrada en sus formas reconoce en el Espíritu al artífice misterioso y la fuente de su renovacion... La renovación del carisma puede poner en dis– cusión usos y tradiciones, prácticas espirituales y métodos de apostolado, para ser dóciles a la auténtica carga de creatividad en la vida espiritual y en la Iglesia... Los carismas continúan abiertos a presencias nuevas y a nuevas capacidades de expansión, por la acción del Espíritu, en el mundo, en los pueblos, en las culturas... » 33 • «El carisma de la vida religiosa en un insti– tuto determinado es una gracia viva que pide ser recibida y vivida en con– diciones de existencia a menudo inéditas... » 34 • Las referencias precedentes, incluso a través del lenguaje, con su dejo de vitalismo, de carga renovadora, inventiva, dinámica, sensible al cambio y a los signos del tiempo, se mueven en un orden de ideas que delatan cla– ramente el potencial evolutivo, generador de vida y novedad, que caracte- 32 Mutuae relationes, l. c., como en la nota precedente. 33 SINODO DE LOS OBISPOS, IX Asamblea General Ordinaria, /. c.' n. 45 s. 34 CoNGREGACIÓN PARA LOS INSTITUTOS DE VIDA CoNSAGRADA Y LAS SOCIE– DADES DE VIDA APosTOLICA, Orientaciones sobre la fonnación en los institutos religio– sos, l. c., n. 67.
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