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456 Francisco Iglesias proceso evolutivo continuo del hombre, merece la pena poner de relieve - a título de constataciones y/o consecuencias - algunas ideas importantes, llamadas a incidir decisivamente en la política educativa del futuro. - Ante todo, se impone superar la serie de equívocos de fondo que siguen amparando aún el vocabulario, las áreas y los contenidos habituales de la llamada formación permanente. Decir «permanente» es algo más que adjetivar desde fuera - y mucho más si se sigue pensando reductivamente en el adulto como destinatario específico - el quehacer educativo. La «continuidad» es un elemento y un valor sustantivos en todo proceso de una verdadera formación. Si ésta influye precisamente en lo que tiene la vida humana de evolución, de devenir, de proyecto siempre irrealizado, el factor de la «continuidad» estará siempre presente en cualquier circuns– tancia de la ayuda al crecimiento humano a lo largo de toda la existencia de cada persona. Por lo mismo, todo proceso educativo es permanente; o, en otros términos, puede decirse que es una «continuidad cambiante». El hombre es y, por lo mismo, se educa «viviendo», madurando - poco o mucho y con signos variables - en continuación. En el bien conocido y ponderoso Informe de la Comisión Internacio– nal sobre el Desarrollo de la Educación, patrocinado por la UNESCO, se aboga por «concebir la educación como un continuo existencial cuya dura– ción se confunde con la de la vida misma... El concepto de educación per– manente se extiende a todos los aspectos del hecho educativo; engloba a todos, y el todo es mayor que la suma de las partes. En la educación no se puede identificar una parte distinta del resto que no sea permanente. Dicho de otro modo: la educación permanente no es ni un sistema, ni un sector educativo, sino el principio en el cual se funda la organización glo– bal de un sistema y, por tanto, la elaboración de cada una de sus partes... La educación permanente deviene la expresión de una relación envolvente entre todas las formas, las expresiones y los momentos del acto educa– tivo... »12. Como todo lo que es humano, el proceso de «construcción» de 12 AA.VV ., Aprender a ser. La educación del futuro, Alianza Universidad - UNESCO 10ª reimpresión, Madrid 1985, p. 322, 220, 265 etc.; cfr. Giorgio BocCA, Educazione permanente, l.c., p. 35 ss.; La formazione permanente, Sussidi per la for– mazione, n. 1, a cura del SEGRETARIATO GENERALE F0RMAZIONE CAPPUCCINI, Roma 1978, p. 5 ss.; Francisco IGLESIAS, La formazione permanente nel processo educativo del frate cappuccino, en «Atti del Convegno Intemazionale della Forma– zione Permanente - Ordine dei Frati Minori Cappuccini (1991): La nostra formazione permanente e i suoi animatori, Ufficio Generale della Formazione, Roma 1992, p. 68 SS.

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