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LA ESPERANZA CRISTIANA G3 Los sufrimientos de Ia vida Los mismos trabajos con que el Señor nos aflige durante la vida se convierten para los que le aman en motivo de esperanrz;a. Así lo dice el Apóstol escribiendo a los Romanos: "Ahocra bien, sabemos que Dios hace concurrir toda:;; las cosas para el bien de los que le aman" (32). Y el mismo Jesús nos dice por San Juan en el Apocalipsis: "Yo reprendo y corrijo a cuantos amo" (33). Que fué decirnos por otras palabras: Yo imito al buen padre de familias que corrije a sus hijos y los castiga y después les da la herencia de todo cuanto tie– ne. Los castiga y corrije, porque los ama. El Doctor de las Gentes enseña lo mismo c0n las palabras que pone en boca del Señor: "Hijo mío, no menosprecies la corrección del Señor, y no desmayes reprendido por El; por– que el Señor, a quien ªn+ª le reprende, y azota a todo el que recibe por hijo (Proverbios, 3, 11 s.). Soportad la conección. Como con hijos se porta Dios con vosotros. ¿ Pues qué hijo hay a quien su padre no corrija? Pero si no os alcan– zase la corrección de la cual todos han parti– cipado, argumento es de que sois bastardos y (32) Rom., 8, 28. (33) Apc., 3, 19.

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