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LA ESPERANZA CRISTIANA 59 sus pequeños hermanos en nombre suyo. Ha– bla Jesús : "Entonces dirá el Rey a los que es– tán a su mano derecha : Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del reino 'preparado pa– ra vosotros desde la creación del mundo. Por– que tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber, etc ... En verdad os digo, que cuantas veces hicisteis eso con uno de estos mis hermanos más pequeños, a Mí me lo hicisteis" (23). En lof; mismos sentimientos del Maestro abunda su discípulo San Pablo. También él nos cerciora de que las buenas obras son uno de los motivos de nuestra esperanza. A los Hebreos los anima a continuar en el bien comen– zado hasta conseguir la recompensa prometi– da, pues Dios -les dice- no es injusto. El ra– zonamiento del Apóstol es acabado. "No es Dios injusto para que se olvide de vuestra obra y del amor que habéis mostrado hacia su nom– bre, habiendo servido a los santos y perseve– rando en los servicios. Deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma diligencia por el logro de nuestra esperanza hasta el fin, no emperezándoos, sino haciéndoos imitadores de los que por la fe y la paciencia han alcanza– do la herencia de las promesas" (24). (23) Mat., 25 .. 34-35, 40. (24) H eb., 6, 10-12.