BCCCAP00000000000000000000538
LA ESPERANZA CRISTIANA 37 llevada por la esperanza al amor tiene desde en– tonces una esperanza más perfecta y cree al mismo tiempo más firmemente que antes" (10). La esperanza cristiana, al proponer a las almas su propio objeto, que no es otro que Dios, amor consustancial, amor de los amores, hermosura infinita, belleza increada y amor sumo, no puede menos de suscitar en ellas in– cendios de amor. Así lo hizo con María Mag– dalena, que de fría por el pecado se convirtió en ardiente amadora de Cristo, que fue una de las almas más amantes y más amadas del Señor. Díganlo si no la unción de Betania, el Calvario y el Sepulcro. Así lo realizó con Sau– lo de Tarso, qui.en de perseguidor de Cristo se torna loco c1.e amor por El. Testigos son estos transportes de su amor: "¿ Quién nos arreba– tará al amor de Cristo" (11). "Nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y Este crucificado" (12). "Estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí" (13). "Cuanto a mí, no quiera Dios que me gloríe sino en la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, por quien el mun– do está crucificado para mí y yo para el mun- (10) PIEPER, o. c.., pp. ,W-41. (11) Rom., 8, 35. (12) 1.° Cor., 2, 2. (la) Gal., 2', 19-20.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz