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LA ESPERANZA CRISTIANA 25 piri.tual encerrada en esta sentencia por estas palabras: "San Pablo no ha dicho "seremos salvados", sino "estamos ya ahora salvados"; pero todavía no en realidad, sino en esperan– za; dice "en esperanza somos salvos". La espe· ranza nuestra está en Cristo, pues en El está ya cumplido lo que como promesa espera– mos" (12). El mismo Santo escribe en uno de sus sermones: "Todavía no vemos lo que es– peramos. Sin embargo, somos el cuerpo de aquella cabeza en la que está realizado lo que esperamos" (13). La relación de la esperanza con Cristo es tan íntima, que los hijos de Adán que no están unidos con Cristo, al menos por la fe, carecen de la virtud teologal de la esperanza. Esto nos enseña la quinta sentencia del Maestro de los gentiles: "No queremos, hermanos -escribe a los fieles de Tesalónica- que ignoréis lo to– cante a la suerte de los muertos, para que no os aflijáis como los demás (los paganos) que carecen de esperanza" (14). ¡ Triste existencia humana que no está sos- (12) Contra Faustum. (l:l) 157, 3. (14) 1. 0 Tes., 4, 13.

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