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:!118 P. Jl STO lJE VILLARES, O. F. lit, Es ley de Dios María ha dado al mundo a Jesucristo y lo da a las almas. María alimentó, guardó, protegió a Jesu– cristo en su casa de Nazaret, y lo alimenta, lo guarda, lo protege aún en las almas. ¡ Todo debe ir a Dios por Jesús! ¡ Todo debe ir a Jesús por María! * * * El siguiente ejemplo, copiado literalmente de las Florecillas de San Francisco, demues– tra palmariamente con cuánta razón damos a la Santísima Virgen el título de "esperanza nuestra". He aquí cómo lo refiere el autor de la "Vitd Fratris Leonis": ''Una vez vio fray León en sueños los prepa– rativos para el juicio divino. Veía a los ángeles que tocaban trompetas y otros varios instru– mentos y congregaban grandísima muchedum– bre en un campo. A un lado colocaron una escala roja que llegaba de la tierra al cielo, y a la parte opuesta otra que era blanca, y baja– ba del cielo a la tierra. En la cima de la roja apareció Cristo, en ademán de un señor ofen– dido y muy irritado. San Francisco estaba en la misma escala algunas gradas más abajo de