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204 P. JUSTO DE VILLARES, O. F, M, dalena. Y Jesús, viendo a su Madre y al dis– cípulo a quien amaba, que estaba allí, dijo a la Madre: "Mujer, he ahí a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "He ahí tu Madre". Y desde aquella hora el discípulo la tuvo en su casa" (11). Por estas palabras ciertamente la Santísi– sima Virgen fue constituída por Jesús Ma– dre espiritual de todos los redimidos y to– dos los redimidos fueron constituídos hijos espirituales de la Santísim.a Virgen. Esta afir– mación se prueba por el mero hecho de que la palabra de Jesús no es como la nuestra, que sólo significa m1 buen deseo, sino que produce objetivamente lo que expresa, porque como cantó el Salmista: "El lo mandó y fueron crea– dos" (12). Que todos los redimidos estuviéramos sim– bolizados en la persona de San J mm lo han atestiguado siempre los Santos Padres y Doc– tores de la Iglesia y la misma Iglesia por sus Pontífices. Así escribe el Papa León XIII: "Según sintió siempre la Iglesia, designó Je– sucristo a la persona del género humano, sobre todo a aquellos que habían de creer, en la per– sona de San Juan, cuando dijo: "Mujer, he ahí a tu Hijo" (13). (11) /oh., 19, 25-27. (12) Ps., 148, 6. (13) .ldjutriccm populi, c> sept. l'.-'')r,,

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