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200 P. Jl STO DE VILLARES, O. F. M, También la misma Santa Iglesia en la Le– tanía Lauretana llama a la Santísima Virgen "Refugio de pecadores". ¿ Y qué quiere decir refugio, sino esperanza? Su Santidad León XIII exhortaba a los fieles a acudir con toda con– fianza a la Madre de Dios con estas palabras: "En tiempos críticos y angustiosos, ha sido siempre el principal cuidado de los católicos recurrir a María, y ponerse al amparo de su maternal bondad. Con lo cual se demuestra claramente, no sólo la esperanza ciertísima, sino la confianza plena que la Iglesia Católica tuvo siempre puesta en la Madre de Dios". Estos testimonios de la Santa Iglesia Ca– tólica están muy en armonía con los hechos del Santo Evangelio en los cuales la Virgen Nazarena tuvo tanta parte. El primero es la Encarnación del Verbo. Dios dispuso que su Hijo Unigénito viniese a nosotros por medio de María, a fin de que nosotros fuéramos a Jesús por María. En la Visitación demostró asi– mi:smo la Santísima Virgen que Ella es el conducto por el cual Jesús comunica su gra– cia a los mortales. He aquí cómo lo refiere, San Lucas: "Así que oyó Isabel el saludo de María saltó el niño en su seno e Isabel se llenó del Espíritu Santo, y clamó con fuerte voz: ¡Bendita Tú entre todas las mujeres y bendito

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