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INTRODllCCIÓN 15 forzarnos por imitar al Hijo de Dios, nuestro "Camino, Verdad y Vida" dado por el Padre celestial como modelo y ejemplar. "Porque (Dios) a los que de antes conoció, a esos los predestinó a ser conformes con la imagen de su Hijoi, para que Este sea el primogénito entre muchos henmanos; y a los que predestinó, a ésos los llamó; y a los que llamó, a ésos los justificó; y a los que justificó, a ésos los glo– rificó" (11). Termino esta introducción a la virtud de la esperanza con estas observaciones de Pieper: "La única respuesta que corresponde a la si– tuación real de la existencia humana es la esperanza. La virtud de la esperanza es la vir– tud primaria correspondiente al "estado de viador"; es la auténtica virtud del "Aún no". En la virtud de la esperanza se entiende y afirma el hombre ante todo como ser creado, como criatura de Dios" (12). (11) Rom., 8, 29-:JO. (12) Sobre la es¡ieranrn, p. :n y d todo el primrr capítulo.

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