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IV ENEMIGOS DE LA ESPERANZA Teniendo en cuenta los muchos enemigos que amenazan a la esperanza cristiana, a cau– sa de las perniciosas doctrinas que pululan por el mundo, quiero notar los cinco principales, a saber: El materialismo, el comunismo, el pro– testantismo, el existencial.ismo y las angustias de nuestro tiempo. El materialismo es el enemigo capital de la santa esperanza, pues "sólo admite como sus– tancia la materia, y niega la existencia del alma". Su lema es este verso que la Sagrada Escritura pone en boca de los materialistas de su tiempo: "Comamos y bebamos, que mañana moriremos" (1). Y estas palabras de los impíos en el Libro de la Sabiduría: "Corta y triste es nuestra vida... Venid, pues, gocemos de lo pre– sente, démonos prisa a disfrutar de todo en nuestra juventud. Hartémonos de ricos y gene– rosos vinos, y no se nos escape ninguna flor primaveral. Coronémonos de rosas antes que se marchiten; no haya prado que no halle nues– tra voluptuosidad. Ninguno de nosotros falte a nuestras orgías, quede por doquier rastro de "(l) Is., 22, 13; Sab., ;?, ¡¡; J.º Cor., lb, :l2.