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14'.; P. Jl.1STO DE VILLARES, O. F. M, castigo que en no raras ocasiones reciben es– tos materialistas es morir sin preparación de ninguna clase. Se cumple en ellos esta senten– cia del Libro de los Proverbios : "Pues os he llamado y no habéis entendido. - Antes des– echasteis todos mis consejos y no accedisteis a mis requerimientos. - También Yo Me reiré de vuestra ruina y Me burlaré cuando venga sobre vosotros el terror. - Cuando sobrevenga como huracán el terror, y como torbellino os sorprenda la ruina, cuando sobrevenga la ad– versidad y la angustia. - Entonces Me lla– marán y Yo no responderé ; Me buscarán, pero no Me hallarán... Comerán el fruto de sus obras y se hartarán de sus consejos" (3). La desesperación Consiste este pecado en "la deliberada re– nuncia a la esperanza, por creer que no se puede conseguir la Bienaventuranza eterna". Con el fin de que mis lectores conciban un horror grande al pecado de la desesperación acerca de cualquiera de los tres objetos de la esperanza, a saber: el perdón de los pecados, la ayuda de la gracia para guardar los manda– mientos de la ley de Dios y la eterna Bienaven- (3) Prv., 1, 25-29; 31.

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