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LA ESPERANZA CRISTIANA 133 cípulo de Cristo en el conocimiento y defensa de su religión: "No temáis (a los perseguido– res) ni os turbéis, antes glorificad en vuestros corazones a Cristo Señor y estad prontos para dar razón de tnlestra esperanza a todo aquel que os Ia pidiere" (2). El motivo de esta afirmación del Príncipe de los Apóstoles la podemos probar diciendo que "la esperanza juntamente con la fe y la caridad constituye el ser cristiano, como ~an Pablo lo caracteriza con estas conocidas pa– labras: "Ahora permanecen estas tres cosas: la fe, la esperanza, la caridad ; pero la más excelente de ellas es la caridad" (3). "Ahora, en esta vida, permanecen estas tres virtudes, fe, esperanza y caridad, porque son necesarias para salvarse: mientras que los carismas, no siendo necesarios para la salvación, o no se conceden, o no siempre duran todo el tiempo de la vida" (4). El P. Bover, exponiendo este verso del Apóstol en su Epístola a los Hebreos, capítulo séptimo: "Pues nada llevó la Ley a la per– fección, mas fue introducción a una esperanza mejor, por medio de la cual nos acercamos a Dios", exclama: "¡ Magnífica concepción: La (2; 1. 0 Pd., a, 15. (a) 1.° Cor., 13, 1:J. (4) P. T. DE ÜRBISO, o. e, p. 11.

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