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6 PRÓLOGO dos pilares fundamentales, sin los cuaXes no puede sostenerse la esperanza cristiana. Para difundir ideas relacionadas con este tema, la Oficina de Información 1Wisional distribuirá servicios especiales con artículos, guiones ra– diofónicos, material para conferencias, etc." (1). La reiterada lect-ura de este párrafo, que dejo copiado, me sugerió La idea de este libri– to que tienes en tus manos. Pequeño es, vero con grandes pretensiones, contando con la gra~iu generosa y omnipoten– te "del Dios de la esperanza" (2). Consisten las pretensiones en fomentar la esperanza cristia– na en los lectores que ya la tienen viva por una fe esplendorosa. avivarla en los que la tienen algún tanto apagada y devolverla en los que la hayan perdido. Le hemos dado el subtítulo de SuRsUM COR– DA. Estas palabras nos hablan de un 'T!l,omento central en la misa. El sacerdote que va a pe– netrar con Cristo en e¿ "sancta sanctorum" del sacrificio eucarístico., invita antes a todos los presentes a levantar sus corazones. Yo bien desearía que ante el sacrificio cruento que todo cristiano debe ir inrnolando lentamente en la larga misa de su vida, encontrara momentos para levantar su corazón, pronunciando entu- (1) Sábado, lt, de diciembre 1!151 (2) Rom., 15, 13.