BCCCAP00000000000000000000534

LOS PONTÍFICES EN LORETO. 79 Desde que los PapaR pudieron obrar libremente, á nadie confiaron el cuidado de velar por Loreto. Ciudad aparte de los Estados Pontificios, y libre para moverse fuera de loR límites que impone la or– ganización provincial, sólo se rige por las disposi– ciones de un gobernador que el Soberano Pontífice nomlH'a, de quien depende aquél exclusivamente. Sixto V la concedió un Obispo; pero sus funcio– neR no son otras que las de dar honra, explendor y culto á su santuario, sobre el cual, fuera de esto, ninguna jurisdicción ejerce. Una Congregación, que tiene su asiento en Roma, bajo la mspección del Santo Padre, cuida de los intereses de la Basíli– ca, de su Capítulo, de sus Religiosos y sirvientes, y administra su tesoro y vastas propiedades. El Cardenal secretario de Estado la pr0side; se compone de diez Cardenales y quince miembros de la prelatura. No hay en el mundo entero una iglesia que haya sido objeto de semejantes afanes; Loreto nada tiene que envidiar á las grande¡:; Basílicas de Roma, ni los Soberanos Pontífices podrían hacer más por los santuarios de Tierra Santa, si Dios los trasladase á Italia. CAPÍTULO XV. LOS SOBERANOS PONTÍFICES EN LA SANTA CASA DE LORETO. Muchos Soberanos Pontífices no se contentaron con dispensar grandes beneficios á la Santa Casa, sino que participando de los sentimientos de amor, de confianza y de tierna devoción de los fieles por la Casa ele la Santísima Virgen, quisieron manifes-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz