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72 VARIOS PROIJIGIOS. jar sitio al magnífico revestimiento de mármol que hoy se admira todavía; el arquitecto quedó no poco sorprendido de encontrarlos ya amenazando ruina, inclinándose de todos lados, con anchaR grietas que permitían ver al través las viejas paredes de la San– ta Casa, mientras que éstas se conservaban dere– chas, firmes y como si hubieran siclo construidas el día antes. Tan multiplicados prodigios no podían menos de encender la devoción de los fieles y aumentar el nú– mero de concurrentes. Precisamente en esta época tuvo lugar el primer jubileo concedido por el Papa Bonifacio VIII, que atraía :i Homa la cristiandad entera, no bajando ningún día de unos doscientos mil loR peregrinos que visitaron la ciudad en el tras- curso de todo el año. " Gran parte de estos peregrinos pasaban por Lo– reto y otros daban gran rodeo para visitarlo, lle– vando todos á su patria respectiva la fama de sus milagros, dando á conocer al mundo entero que la Casa de la Santísima Virgen se hallaba y era vene– rada en la colina de Loreto, cerca de Hecanati. En vista de una aflueneia de fieles tan crecida, y que aumentaba de día en día, fué preciso pensar en tomar algunas medidas. El Obispo de Recanati solicitó y obtuvo del So– berano Pontífice Bonifacio VIII, el cargo de velar por los intereses de la Santa Casa y de aquellos que la frecuentaban. Después se dirigió al Consejo de Recanati, pi– diéndole el terreno suficiente para levantar locales de albergue, provisionales, en tanto que le fuese permitido realizar un proyecto más en conformidad con la importancia de las numerm;as peregrinacio– nes, habiéndose ofrecido la ciudad á todo con una generosidad que probaba el amor que tenía á la
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