BCCCAP00000000000000000000534

LA SANTA CASA EN LOP.ETO. 57 lante), y nada de esto pudo reprocharse á los pia– dosos habitantes de Tersatz; el sitio que todavía ocu– pa hoy el augusto edificio estaba señalado en los de– cretos divinos antes de su partida de Nazaret. Sin que tratemos de penetrar sus secretos, no estaría lejos de la verdad si dij ese que la Providen- cia disponía las cosas rle tal modo, que eRtos mila– gros fueran una demostración brillante é irresistible de la autenticidad de la Casa con que Re relacionan; ilustradas y explicadas estas traslacionrn; por las re– velaciones que las acompafían y las gracias de que son seguidas, eran consideradas por todos, pero es– pecialmente por ese pueblo de fieles que se preocu– pa poco de largos discursos, como una prueba in– mediata y más evidente que las confrontaciones gue se efectuaron más tarde. Dios que conoce el fondo de la naturaleza huma– na, que es su propia obra, se doblega á sus necesi– dades y condesciende con sus flaquezas. La Santa Casa de su Madre María, triunfando de este modo de todas las leyes que rigen al universo, entraba sin demora en posesión de una gloria, de la que ninguna otra participa con e11a, y no se queda– ba un solo instante sin recibir los homenajes que le son debidos; en estos tiempos desgraciados que atra– vesamos, si tales hechos se consumaran, sin duda alguna que causarían las mismas impresiones, la misma convicción y los mismos ic;entimientos de fe y amor en el corazón de todos los cristianos. Apenas circuló la noticia por Recanati, de que la Santa Casa estaba en el bosque de los Laureles, la ciudad entera se conmueve; la relación de los pas– tores no suscita ni dudas, ni ncilación; diríase que un soplo de lo alto había pasado sobre la comarca y preparado las almas todas: hasta las mujeres, ancia– nos y niños, todos sin excepción, quieren contem-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz