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LA SANTA CASA EN TERSATZ. 47 vario, y la parte de la Santa Cruz de Jerusalén en Roma, como también la Escala Santa y mucha tie– rra del monte Olivete, con otras grandes prendas del recuerdo de la Pasión de Jesucristo. En el año de 1291 sucumbió Tolemaida, último baluarte de los cristianos: y antes que el estrépito de su caída inesperada llegase á los fieles, en la ma– ñana del día 10 del mes de Mayo, los habitantes de los campos, entre Tersatz y Fiüme, pueblos de la Dalmacia, en la costa del mar Adriático, quedaron estupefactos de admiración y sorprendidos en gran manera al ver en un lugar llamado Raunizza, en la cumbre de una colina que se inclina hacia el mar, una casa que jamás había visto ninguno de aquel país, y al acercarse á ella se redobla su asombro cuando vieron que descansaba sin cimientos, en aquel mismo sitio en que habían pastado la vÍRpera sus rebaños, como si una mano poderosa la hubiese allí colocado. El interior es el de una pobre habitación trasfor– mada en iglesia; las paredes estaban cubiertas de pinturas que representaban á la Santísima Virgen rodeada de santos y devotos personajes prosterna– dos ante ella: un altar de piedra está arrimado al muro frente á la puerta; en el altar y sobre un pe– destal, como una reina lo está en su trono, se halla una estatua de la Santísima Virgen, dominando todo el santuario, dando á conocer que es ella la dueña soberana de aquel recinto. En la pared en que se apoya el altar se halla colgada una cruz oriental: sus brazos, que tienen un pie de ancho, están cubiertos de lienzo, sobre el cual ha sido pintada la imagen de Jesucristo cruci– ficado. La Santa Casa, cuando llegó á la Dalm.acia, no tenía más que una puerta, ,y fué variada en tiempo