BCCCAP00000000000000000000534

34 CONDICIÓN DESGRACIADA DEL SIGLO XIX. ¿No podía yo invocar á mi vez la presencia en Loreto ele una casa construída en Tierra Santa, como una respuesta perfectamente concluyente con– tra los que niegan el hecho'? ¿Quién de sano juicio lo dudará'? CAPÍTULO III. CONDICIÓN DESGRACIADA DEL SIGLO XIX. He aquí el método moderno. Se quieren hechos y nada más que hechos: atrás las afirmaciones pu– ramente especulativas, y las teorías que mañana puede desmentir la experiencia. Las ciencias deben á esta marcha los progresos de que nuestro siglo se muestra tan orgulloso. Pues bien; convencido, lo creo de buena gana y no pido sino que se haga la aplicación de ei-te sistema á la relif!'ión, á sus milagros y á la Santa Casa de Loreto. Este es un hecho cierto, que certifican testigos de mayor excepción; un hecho, cuyas pruebas ma– teriales, al cabo de seis siglos, existen todavía visi– bles y que, en caso necesario, dispensarían de toda otra clase de testimonios. ¿Qué necesidad tengo de otra cosa'? Consentid, pues, en discutir estos testimonios, estudiad y pesad estas pruebas, y después tened el valor y la buena fe de sacar las consecuencias. Pero conozco bien los enemigos de la Iglesia, que no admitirán jamás esta proposición, ni será bien acogida esta demanda, por muy justa que sea, como prueba el Cardenal Barto– lini, refutando y persiguiendo la obra herética del último viajero inglés que ha hablado de Nuestra Señora de Loreto.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz