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250 VIAJE_\ TIERRA SANTA. los favores que me había dispensado en tan largo viaje; llegando á Madrid en Julio y celebrando al día siguiente Misa cantada ante la hermosa imagen de la Santísima Virgen del Carmen, de la parroquia de San José, en cumplimiento de una promesa que ha– bía hecho en Monte Carmelo, si llegaba con bien y encontraba con salud á mis padres, concluyendo el acto religioso con el Te .D1,um laudamus. Con pena y aflicción concluí esta acción de gra– cias, recordando lo poco que me había aprovechado de tan rnnta peregrinación. Y al comparar el fruto que los Santos sacaron de este viaje, derramé abun– dantes l:ígrimas, rog:rnclo á Dios me perdonase mi descuido y negligencia, no habiéndome santificado donde tantos se santificaron; lloré, sí, confiado en que una l;ígrima es bastante para borrar las faltas pasadas, corno dice San Lorenzo Justiniano. Ningu– no rogó á Dios con lúgrimas, que no alcanzase lo que pedía: ninguno le pidió gracias ó beneficios con amargura de su corazón, que no consiguiese lo que deseaba; porque el Seilor, que se precia de consola– dor de afligidos, no deja desconsolados á los que lloran, ni tristeR á los que se duelen; sana á los do– lientes y anima á los penitentes. ¡Oh, lúgrima hu– milde! tuya es la potencia, tuyo el reino; no temes al Tribunal del Juez; haces callar á los que acusan á tus amigoR; tienes siempre franca puerta para Dios, sin que alguno te impida la entrada; si entras sola, no sales sola, sino siempre acompañada de los favo– res y mercedes del Altísimo. ¿Qué diré más? Vences al Invencible y prendes al Omnipotente; inclinas á Jesucristo y ú su Divina :Madre la Virgen María; abres el cielo y destierras al demonio. Tú eres el consuelo y mantenimiento de las almas; el esfuerzo de los sentidos; el perdón de los pecados; el fin y destrucción de los vicios; precursora de las virtudes;