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248 VIAJE Á TIERRA SANTA. tal, colocando una en la Iglesia Imperial de Constan– tinopla, que es la que se venera hoy en la Basílica de Santa María de Venecia, y otra se venera en la Ca– tedral de Oviedo. Beirut está situada Robre una lengua de tierra que llega h:l8ta el monte Líbano y por el otro lado entra en el mar como unos cinco kilómetros: las ca– lles son muy estrechas y Rucias; tiene 70.000 habi– tantes, la mayor parte católicos; hay varios conven– tos é iglesias con sus colegios de PP. Capuchinos, PP. Franciscanos, PP. Jesuítas, griegos católicos, PP. Lazaristas y Hermanas de San Vicente de Paul; éstas tienen ademús el Hospital y Beneficencia. Al lado de la ciudad se ve la majestuosa cordillera del monte Líbano. De8pués se visita el lugar donde San Jorge tuvo el combate y venció al dragón; hay una capilla para recordar el milagro. De Beirut á Damasco se va en coche para visitar el sitio de la conversión de San Pablo y la ciudad que, aunque es hermosa, no tiene la importancia que Beirut. CAPÍTULO XLIII. DE BEIRUT Á MADRID. De Beirut tomé el vapor Austriaco, que me llevó por la costa del Mediterráneo, pasando por el lado del ~fonte Carmelo y Jaffa, :í, Port Said, que Re em– plearon tres días con Rus noches. En Port Said tomé el vapor correo que va al Cairo, atraveRando el im– ponente canal del istmo de Snez, que es un brazo de mar que corta una gran montaña cortada por medio; en poco tiempo llegamos á la capital del Egipto, llamada el Cairo; gran ciudad, no sólo por los m.o-

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