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MONTE CARMELO. 243 cientos años, ellos no conocen otro documento que la fuerza, aunque tengan que derramar sangre de inocentes españoles. En las actuales circunstancias estos venerables Padres llaman á las puertas de la caridad y fmplican á las almas devotas se dignen Aocorrer este memo– rable santuario del Monte Carmelo en hrn dificulta– des extraordinariaA por que atravieAa en nueAtros días.· Por este doble motivo las cong-regacioneR, co– fradías y hermandades de la SantíAima Virgen del Carmen de España podían, haeiendo un esfuerzo, unirse y favoreeer con alguna limosna el santo Monte Carmelo, antes que los herejeR se apoderen de él; todoR los devotos de la Santísima Virgen del Car– men debcm tener eRpecial interéR en que se conser– ve este antiguo y memorable santuario, donde el profeta y padre maestro de los profetaR, San Elías, YÍÓ en aqnella nube misteriosa á la Santísima Vir– gen María, Madre del Mesías prometido; en donde Yivieron loR discípulos de Elías, los hijoR de los pro– fetas, habitando numerosas cuevas qne hoy se Yeneran; en donde el Patriarca San José, la Santí– sima Virsren y el Niño JesúA descansaron ú sn vuel– ta de EgÍpto;· y donde fué consagrado y dedicado el primer altar ú la Santísima Madre de Dios, nove– cientos añoR antes de su nacimiento, por el profeta ElíaR .Y sus hijos, la cual no ha dejado jamiís de re– cibir alabanzas y holocaustos después de tantos siglos. Tengo la confianza, Sr. Director, que la Santísi– ma Virgen (en quien yo he fundado todo mi amor y esperanza) no permitirá que su santuario del :Monte Carmelo llegue á ser Racrílegamente profanado y presa de los herejes, turcos, luteranos y calvinistas; eRta terrible persecución que sufren los hijos de Ma– ría me obliga á romper el silencio, dando un grito