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228 VIAJE Á. TIERRA SANTA. Aquí descansamos y comimos en casa del Misio– nero, saliendo para Nazaret á las cuatro de la tarde. Se pasa por el Pequeño llermón, donde Adán manifes– tó á los descendientes de Set las delicias que había experimentado en el Paraíso terrenal, é hizo nacer en el corazón de éstos vehementes deseos de gustar aquellas delicias: vivieron para ello en gran peni– tencia y castidad, y viendo que Dios no les daba un paraíso, bajaron del monte Jlermón, atravesaron la llanura y fueron á Naid, donde Caín se refugió des- 1més de su crimen y fué muerto por Lamec. Enton– ces se casaron con las descendientes del fratricida, y sus hijos fueron los gigantes. . A una legua está 1Yaim, un pueblecillo situado al pie del Peguerio Jlermdn; se compone de algunas mi– serables casas habitadas por 100 salvajes. L:1 única cosa interesante de este lugar es el sitio <lornle Nuestro Señor Jesucristo resucitó al hijo de la viu– da de Kaim. A media legua se halla el torrente de Cisón y el campo de la batalla de Debora; en este campo 1Nbora y Barac con 10.000 hombres destruyeron las innume– rables tropaR de Sü,ara, g·eneral de Sabín. A veinticinco minutos, andando siempre ú la iz– quierda, se halla una gran altura que tiene un des– peñadero, que es el Fitio donde los naz11re110s quisie– ron precipitar á Jesucristo y darle muerte. Después se paRa por Jaffa, pertenPciente ü. la tribu de Zabulón. Esta es la patria del Zebedeo, y por lo tanto ele S,111tiaqo y San Juan: aquí se visita la casa donde nació el Patrón de Espaiía, que CR hoy una preciorn iglesia restaurada por los Padres Francisca– nos de Nazaret, que van algunos días á decir Misa. En CRta aldea entró Trajano con :30.000 hombres de parte de rl'Jpasiano, y la destruyó, quedando hoy reducida á un corto número de habitantes que no

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