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218 VIAJE Á TIERRA SANTA. sepulcro es aún venerado en nuestros días; al lado hay una capilla, que es donde nuestro Divino Sal– vador estaba cuando mandó á Lázaro saliese del se– pulcro, gritando: «Lázaro, sal fuera y ven»: el se– pulcro de L:'1zaro tiene tres metros de largo y tres de ancho. A 150 metros se halla la casa de Simón el leproso; en esta casa María Magdalena fué y derramó perfu– mes olorm;os sobre la cabeza del Salvador. Después está la casa de Lázaro, Marta y Magda– lena, donde Jesucristo visitó á esta santa familia y dijo: «nna sola cosa es necesaria»: «María ha esco– gido la mejor parte», escuchando sus sabias doctri– nas y bebienrlo en la fuente del amor divino; hoy se halla una iglesia en su lugar. A corta distancia estú el campo donde Nuestro Señor Jesucristo maldijo una higuera que no daba fruto. A la izquierda se deja el monte del Escándalo y se llega de nuevo á Jerusalén. CAPÍTULO XXXVI. DE JERUSAL};N Á NAPLUSA (SAMARIA), Los que deseen visitar la parte de Nazaret y Ti– beríades ó sea la parte de la Siria, deben con tiem– po buscar caballerías y esperar una ocasión en que vayan algunos por aquellos países, pues solo no debe nadie hacerlo: el itinerario más recto y más se– guro es por Samaria, llamada hoy la ciudad de Na– plusa. A cuatro leguas de Jerusalén se halla la antigua y célebre villa de Betel, que es una de las más me– morables de Palestina. Aquí fué donde Lot se separó de su tío Abraham

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