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DE BELitN ,\. JERICÓ. 215 niel. Después se pasa por el lado de Jermmlén y se visita Emaus, patria de San Cleofüs, que fué uno de los discípulos que tuvieron la feliz suerte de hacer una gran parte del camino con Jesucristo resucita– do y le conoció en el modo de partir el pan. San Cleofús murió mártir y fué enterrado en su propia casa de Emaus. Lo rnús notable es el conven– to de los PP. Franciscanos y laR ruinaR de la antigua iglesia de Emam:; esta,; ruinaR ti1!nen 740 metros cuadradoR, 22 metros de ancho y 32 de largo. Para ir al J ortl:'m se deRcansa en el magnífico convento de San Sabas, donde se hallan en la actua– lidad GO Religiosos griego,;. Allí se venera el sepulcro de San Sahas; además el nacimiento de agua descubierto por el Santo y la palmera plantada por el mismo; al lado se halla la habitación de San Juan Damasceno, que le sirvió de sepulcro ú este ilustre solitario. Al otro lado se visi– ta la habitación de San Salias, llamada cueva del león. Un día que el santo anacoreta había Raliclo al campo, un león vino y tornó posesión de su grnta; al llegar el Santo confió en Dios y entró u.onde esta– ba la fiera; empezó á rezar su Oficio, y á poco se quedó dormido; el león lo cogió por el brazo y lo sacó fuera; el Santo despertó y volvió á entrar, empe– zando á rezar de nuevo rn Oficio; pm·o se quedó otra vez dormido y el león lo volvió á sacar fuera: entonces el Santo con tono severo le dijo: «¡,no hay »aquí Ritio para dos? tú te pones en ese rincón, y yo »en este, y no seas egoísta querienclo estar solo aquí; »pues así como yo ne te he arrojado de esta cueva »en que estoy hace mucho tiempo, tú no tienes de– »recho para hacerme salir á mí; déjame, pues, tran– »quilo, aunque me veas dormid.o.>) Entonces el león se retiró al sitió que el Santo le había señalado y permaneció allí mucho tiempo en su compañía. Este

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