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DR BELÍ:S ,t JERICÓ 213 de nuevo ú RU orclimirio nivel, convirtiéndose con este prodigio aquel desventurado. ERte milagro se repitió todas las veces <1ne la Yirgen pasó por aquel sitio. Despu( 1 s Re atravieRa el campo de Booz, tatara– buelo clt~ David; es nno ele los campos m:'ts fértiles de .Tudea: ú poco m;'1s de un metro se halla la ermita de los pasto1'<'s, donde hay una capilla, y es el lugar donde se hallaban guardando sus ganados cuando el Angel del Sefim• les anunció el nacimiento del Mesías: Xatus rst vobis Salvator. CAPÍTULO XXXV. DB m:Lt::--r AL JORDA::--r Y JERICÓ. De Beléu se va al Jorrlfo por el camino de He– brón á cahallo, pasando por el acueducto de Salomón donde Re recogen las aguaR que llueven y bajan de las rnontafias. A ,10 metros CF:tú el .J11rdín cerrarlo (Hortus con– cluRui-:) de cprn habla la Escritura: está cercado por cuatrn moutauas y por <'sto se llama cerrado. Des– pués so pa~·a por el estanque de Si1lomón, que es como una abertnra, r1uc servía para regar el jardín cerrado, que eHtaba lleno de plantas y ílores para Salomón. Anua hora ele distancia ¡.,e halla la Encina (ó te– rebinto) debajo de la cual descnnsó Abraham y reci– bicí la visita de los tres úngeles en forma de peregri– nos: esta cnrina tiene hov ocho metros de circunfo– renéia; su altura es de 27 metroR; el aspecto de este árbol es gTandioRo y RUR ramns Re extienden hacia la tierra. LDespuéR ¡;e llega á Hebrón situado en un valle al pie de tres montafia¡.,: según la tradición, este es el lugar del Paraíso terrenal, donde fué crea-

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