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JERUS.A.Ll~N. 201 donde murió y vió los cielos abiertos, donde estaba San Pablo cuidando las ropas de sus verdug·os. A los 60 metros está el torrente Cedró11, y á 30 metros la Basílica de la Asunción, que fué hecha por Santa Elena; á un lado se venera el sepulcro de Santa Ana y San Joaquín, y al otro lado el de San José y Simeón. Se baja á un subterráneo que tiene unos 12 me– tros de largo y tres de ancho; allí se halla el Sepul– cro de la Santísima Yirgen; está colocado como el de Jesucristo y tallado en la misma roca de Getsemaní; y aunque la Santísima Virgen no estuvo más que tres días en el sepulcro, como Jesucristo, la venera– ción por su Santísimo Sepulcro es grande, y multi– tud de lúmparas arden sin cesar delante de él. Al lado se bajan seis escalones y se halla la gru– ta de la Agonía, donde Jesucristo pasó una parte de las agonías de la Oración del Huerto, y derramó sangre con la fuerza de su oración: en este mismo lugar hay un altar donde dije Misa, y siempre es– tán multitud de lámparas ardiendo por la devoción de los fieles, cuidando de ellas los Padres Fran– ciscanos. A corta distancia está el jardín de Getsemaní: se halla cercado de un muro y convertido en jardín por los PP. Franciscanos, que le cuidan; se conservan milagrosamente los ocho olivos bajo los cuales Jesucristo instruía á los Apóstoles, y donde oraba con frecuencia, sobre todo la noche del prendimien– to; pues esa noche cambió tres veces de lugar, como dice el Evangelio. A 15 metros de la puerta está el lugar donde re– cibió el beso de Judas y fué preRo el Salvador; hacia la puerta del jardín se ve la Petia d11 los Apóstoles, y fué donde el Salvador dejó áPedro, Juan y Santiago. recomendándoles velasen para no caer en la tenta– ción, y los halló durmiendo las veces que los llamó