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196 VIAJE Á TIERRA SANTA. y por esta razón colocan al pie de la Cruz una cala– vera y dos huesos. Al lado del final de la abertura del Calvario se halla el altar del Stabat 1lfater ó de la compasión: es en memoria del dolor que experimentó la Santísima Virgen á la muerte de su Divino Hijo: aquí fué don– de la Santísima Madre recibió en sus brazos el cuer– po difunto de Jesús; es el lugar de la décima tercia estación; en este lugar dicen también Misa los pere– grinos, y yo tuve la dicha de decirla en los tres al– tares. A la derecha y un poco separado por las pilas– tras, se halla el altar de la Crucifixión, que es el si– tio donde Jesucristo fué crucificado sobre la Cruz. Un poco más abajo se ve el lugar donde Jesu– cristo fué despojado de sus vestiduras; al lado y por medio de una ventana se halla una hermosa capilla llamada ele Nuestra Señora de los Siete Dolores y de San Juan Evangelista, que es donde estaba la San– tísima Virgen con San Juan cuando Jesucristo fné clavado en la Cruz. Para bajar de la parte superior del monte Calva– rio, hay que hacerlo por los 18 escalones que ya he mencionado, y al fin de la escalera se halla cerca de la puerta el coro de los griegos no unidos, y_ue es donde se ven los monumentos fúnebres, ó sean las sepulturas de loR reyes latinos de Jerusalén. Fuera de la Basílica á corta distancia se visita la capilla de la Santísima Trinidad, donde se hacían los bautismos y matrimonios. Al lado se ve el lugar del martirio de la Venera– ble María de Portugal, de la Tercera Orden de San Francif,co; nuestro Padre: vino en peregrinación al Sepulcro del Salvador y fué presa por los turcos y quemada viva. A unos seis metros eRtá el lugar del martirio del Venerable Cosimo, religioso de nuestra Orden de San