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JERUSALÉ:N. 187 tros, 90 centímetros de ancho; las paredes interiores están adornadas de mármol blanco, con 12 pilastras y otras tantas columnas; hay siempre 13 lúmparas ardiendo; cinco son de los PP. Franciscanos, cinco de los griegos, cuatro de los armenios y una de los coftos. El centro de la capilla está ocupado por la PIEDRA DEL Al'iGEL,quees una partcdeaquollaque cerraba la entrada del Santo Sepulcro, mientras que Jesucristo estuvo en la tumba, sobre la cual el Angel estaba agarrado cuando vinieron las santas mujeres á embalsamar su sagrado cuerpo. Esta piedra está colocada sohre un pedestal y tiene 29 centímetros de larga y otros tantos de ancha. Desde la capilla del Angel una pe<1ueña puerta muy baja conduce á la CAPILLA DE LA SAGRADA TCMBA DEN. S. JESUCRIS– TO. Esta capilla tiene dos metros, siete centí– metros de larga, y un metro, D3 centímetros de ancha: las paredes están revestiüas de placas de rnúr– mol blanco, que cuurcn la roca, la cual forma toda– vía las murallas corno en tiempo de Santa Elena, de manera que levantando una placa se pone á descu– bierto la montaña ó roca natural, que ha sido cu– bierta, temiendo que los peregrinos corten ó arran– quen alguna piedra. A la derecha de la capilla se halla la SAGRADA TUlliBA Ó SEPULTURA DE N. S. JESUCRIS– TO, pues fué sepultado cerca del Calvario. El cuerpo sagrado del Salvador fué colocado en el Sepulcro teniendo la cabeza al Occidente y los pies al Oriente. Al lleg·ar á este lugar se postran los peregrinos de rodillas, y no pueden por menos de derramar abundantes lágrimas sobre aquel sagrado mármol que tuvo la dicha de tener por tres días al sacratísi– mo cuerpo de nuestro Redentor: allí pegué el rostro
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