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186 VIAJE .i TIERRA SANTA. la Basílica, de arrodillarse delante y besarla multi– plicadas veces, recordando el misterio que represen– ta; en las ficstaR solemneR, los latinos inciensan siempre la piedra de la Unción en memoria del embal– samamiento del cuerpo de Jesús por José de Arimarea y Nicvdemus. A loR 12 metros de la izquierda se ha– lla el lugar donde las santas mu/eres vieron á J esucris– to en la Cruz, y ademús, allí permanecieron mien– tras los santos ungieron el cuerpo del Salvador. A los seis metroR se entra en la Rotonda venerable del Santo Sepulcro, qne mide 19 metros, 30 éentímetros de diámetro; está rodeada ele 18 columnas macizas de piedra que sostienen dos galerías superpuestas y compuestas cada una ele 18 arcadas. El Santo Sepuforo es el lngar principal y casi el único fin de los peregrinos que van á Tierra Santa; forma como un santuario aparte, que se halla en medio ele la Basílica: está 40 centímetros mús alto que el pavimento, mide ocho metros, 25 centímetros de largo y cinco metros, 55 centímetros de ancho, con cinco metros, 50 centímetros de alto. La abertura del Santo Sepulcro está adornada ele 16 pilastras, de hermosa piedra del país, coronada <le una hermosa balaustrada de columnitas macizas, formando una esfera sostenida por pilares cuadrados. También hay dos hermosos bancos ele piedra coloca– dos á cada lado de la puerta de entrada, donde se sientan los Ministros sagrados, mientras celebran los divinos oficios loR latinoR sobre el Santo Sepulcro. El interior del Santo Sepulcro está dividido en dos partes: l.º La capilla del Angel, que es el lugar donde el Angel del Sefior anunció á las santas mu– jeres la resurrección del Salvador: y 2.º El Santo Se– pulcro. La capilla del Angel es una especie de vestíbulo de tres metros, 45 centímetros de largo, y dos me-