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184 VIAJE J TIERRA SANTA. Basílica esta cerrada los peregrinos que deseen visi– tarla deben verse con los referidos superiores, sobre todo con el R. P. Custodio de Tierra Santa. Los que van á Jerusalén por la primera vez, asisten á la procesión que se hace todos los días á las cuatro de la tarde en la Basílica, con cirios encendidos y re– zando oraciones especiales para cada Santo Lugar que se visita. Los peregrinos que desean asistir á los Oficios de la noche en la Basílica ó recibir la Santa Comunión, ó bien celebrar en el Santo Sepulcro, deben pedir el pe1·miso al R. P. Custodio, y así se quedan á dormir dentro del convento que hay en la Basílica. Yo me quedé dos noches y dije la santa Misa dos días en el Santo Sepulcro, y dos en el monte Calvario. Desde la muerte de Jesucristo, el Gólgota ó Cal– vario y el Santo Sepulcro fueron tenidos en gran veneración entre los cristianos. Después de tantas vicisitudes por que ha pasado Jerusalén desde Jesu– cristo hasta Constantino y Santa Elena, su madre, los cuales descubrieron el Santo Sepulcro y separa– ron el Calvario de la roca donde se halla la gruta sepulcral é hicieron la gran Basílica, que encierra el tesoro más grande del mundo, enriqueciéndola de objetos de valor y trabajos de arte; y aunque desde Santa Elena, repito, los trastornos, persecuciones é intrigas se han multiplfoado en aquellos Santos Lu– gares, no obstante, ya la piedad de los fieles, ya la avaricia ele los sectarios, nos han conservado tan graneles y santos recuerdos. La mayor parte es debido al celo y constancia de mis hermanos los PP. Franciscanos, que desde el año 1219 en que nuestro P. San Francisco visitó Tierra Santa, se hallan allí establecidos y empezaron con la predicación, culto divino y escuelas católicas á levantar la piedad de los fieles y recordales los su-