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178 VIAJE Á TIERRA SANTA, El jardín, que se halla á las afueras de esta ciu– dad, es de los más hermosos de la Palestina; es pro– piedad del gobernador turco, y está perfectamente cuidado, con árboles frutales y plantas olorosas, te– niendo una parte de sus paseos cubiertos por gigan– tescos viuedos. La sala de los apestados, la cual se halla sin ador– no ninguno, y sus magnificas ventanafí dan al mar; en esta sala dicen que el general Napoleón Bonapar– te hizo envenenar los soldados que estaban apesta– dos para evitar que cayesen en poder de sus enemi– gos (1799). De Jaffa á Jerusalén hay unas diez y siete horas de camino, que se hace en coche, aunque con alguna dificultad por ser el terreno quebrado y montañoso y no estar concluítla la carretera. Se ajusta un mukre con el coche que se necesite, según los peregrinos que vayan; tres horas empleamos para llegar á Ramle, donde descansamos en el con– vento de los PP. Franciscanos para comer y mudar caballerías. Antes de llegar á Ramle se pasa la llanura de Sarón, donde estuvo el profeta Isaías, y que hizo cúlebre este lugar el ingenio de Sansón empleado para incendiar los campos de los filisteos, atando á 300 zorras una antorcha encendida en la cola, con lo cual lo destruyó todo. Ramle es una de las ciudades que pertenecían á la tribu de Judá en el reinado de Jonatás :Macabeo. Es la patria de José de Arimatea y Nicodemus, cuya casa se halla en el convento de los Franciscanos. Tiene esta ciudad unos 500 habitantes que se divi– den en griegos, católicos y pl'otestantes. En el camino se halla la torre de los 40 mártires, que es como un fuerte que sirve para defensa de los enemigos. También se hallan multitud de puebleci-