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DE JAFFA .t JERUSALÉN, 177 Cuando el profeta Jonás recibió de Dios el man– dato do ir á .Nínive para predicar la penitencia se embarcó en el puerto de Jaffa para Tarsis. En Jaffa entró Judas Macabeo destruvendo la ciudad, porque sus habitantes dieron muerte á 200 judíos; ha sido destruida unas ocho veces y siempre reedificada. Jaffa está construida sobre una alta colina en forma de anfiteatro: el interior es sombrío y solita– rio, y rns calles sucias y estrechas. El número de habitantes en la actualidad CR de 20.000; divididos en latinos que son 4.500, griegos 375, maronitas 100, musulmanes 4.300, judíos -100, y los demtís son protestantes. árabes y armenioR. Jaffa tiene tres escuelas, una de jóvenes y niños que dirigen loR HR. PP. FranciscanoR, y dos de ni– ñas al cuidado de Franciscas de la Tercera Orden. En el puerto hay siempre gran movimiento, por las mercancías que se desembarcan para Jerusalén, pero es muy dificil desembarcar por las muchas pie– dras y mala condición en que se halla el puerto. Lo primero que visité fué el convento de los RR. PP. Franciscanos, que es la iglesia parroquial, única que hay en la ciudad. Esta iglesia está dedi– cada á San Pedro, por ser el lugar donde el Príncipe de los Apóstoles tuvo la visión milagrosa de los ani– males; escuchando una voz del cielo que le decía: «Pedro, mata y come»; á lo cual Pedro contestó: «Se– ñor; jamás he comido cosas inmundas»; y la voz res– pondió: «No es inmundo lo que yo he purificado»; comprendiendo por estas palabras y visión que Jesu– cristo no era solamente Dios de los judíos, sino tam– bién de los gentiles. En esta iglesia hay indulgencia plenaria á todos los peregrinos que visitándola recen un Padre Nues– tro y Ave María. 12