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EN LORETO. 121 Estas palabras y profecía dejaron en el alma de sus Religiosos el germen de esa tierna devocion que la Orden Seráfica ha profesado siempre á la Santísi– ma Virgen de Loreto, habiendo sido conservado este amor y devoción, unido al profético anuncio, con el mismo respeto filial y religioso cuidado que fueron entonces anunciados por el Santo, y todavía el convento de Sirolo considera esta piadosa y con– movedora tradición como su mejor titulo de noble– za. Y hasta en el convento de PP. Capuchinos de Loreto, se halla en el refectorio un gran cuadro que representa la profecía de nuestro Seráfico Padre, en que todo admirado ve paRar por los mares la Santa Casa llevada por los Angeles, y la SantÍRima Virgen sentada encima del t~jado, despidiendo rayos de gracia y misericordia; abajo los Religiosos que salen del convento de Sirolo para ver tan gran portento, y tanto los pescadores como los marineros del puerto de Recanati asombrados ante tan nunca visto milagro. También San Nicolás de Tolentino predijo y ma– nifestó al Superior de su convento de Fermo, más de 20 años antes de la venida de la Santa Casa á Loreto, que del lado opuesto del mar Adriútico es– peraba viniese un tesoro de inestimable valor, y to– dos los días iba el Santo á una de las ventanas del convento que miraba al Adriático y estaba largo rato orando arrodillado, hasta quedar muchas veces en éxtasis adorando en espíritu la Santa Casa de Loreto. El hecho confirmó la profecía, como consta en la vida de San Nicolás de Tolentino. Después de cinco siglos, un digno hijo de nues– tro amado Patriarca, San José de Cupertino, experi– mentaba también un santo arrobamiento á la vista de la Casa de María. Un día iba por orden de sus superiores á Ósimo,

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