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DIOS PROTEGE LOS DEVOTOS DE LA. VIRGEN. 105 la acompañaba se arrojó sobre ella, puñal en mano, y la hiere en el momento mismo que la víctima, apercibiéndose de su intención, invoca en su ayuda á Nuestra Señora de Loreto. El asesino la derriba del caballo, la cose á puña– ladas, la corta la gnrganta y se pone en fuga, des– pués de haberla robado el dinero, las alhajas y hasta los vestidos. La infeliz respira todavía, pero conoce que su vida se acaba á medida que se va desangrando, y sólo aguarda la muerte, invocando en su favor á la Santísima Virgen, cuando he aquí que en medio de un resplandor sobrenatural se le aparece la Madre de Dios y nuestra, que tocando sus heridas las cura, la abraza y estrecha sobre su corazón, derrama la vida sobre su cuerpo y en su alma una alegría que jamás había conocido y desaparece, recomendándola que en lo sucesivo observe una vida pura y santa. Parécele ú esta mujer que acaba de despertar de un sueño dulce y placentero; ya no siente ningún mal; lleva la mano á las heridas y las halla cicatri– zadas. Entonces se arrodilla en el mismo sitio que su asesino la había dejado por muerta, da gracias á su bienhechora, y hace voto de consagrarse entera– mente á su servicio. No habiéndola quedado para cubrirse más que la camisa, toda despedazada y manchada de sangre, unos arrieros que acertaron á pasar por allí, la die– ron una capa, la colocan sobre una mula y la con– dujeron á Ancona, donde provista de un pobre ves– tido que obtuvo de la caridad, se trasladó á Loreto, y dando un adiós á su familia, á su patria y al mun– do entero, pasó el resto de su -vida en el ejercicio de la oración, de 1a pobreza, de la mortificación y de todas las virtudes.