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del cielo la reconocen y veneran como a ·srt Reina -y Señora, la ens_alzan a porfía y le cantan alabanzas rindiéndole homenaje; el Eterno Padre le confirió el primer título de Reina en su Inmaculada Concepción, com– pletó el derecho a ese reinado con la Mater– nidad divina y l.e dió finalmente posesión del cetro universal en el día de su Asunción y Coronación gloriosa en los cielos. El Es– píritu Santo la tomó por Esposa elevándola a ese rango sublime sobre todos los seres creados; y Jesucristo _la escogió por ,Madre, revístiéndoJa de esa prerrogativiJ y dignidad excelsa de Madre de Dios. Y por lo mismo que es Madre de Dios es también Reína so– berana; pues la que tiene el privilegio singu– lar de mandar sobre el Rey de cielos y tierra, con mayor motivo ha de ejercer el imperio sobre todos los moradores de esos lugares. La tradición universal de la Iglesia Ca– tólica reconoce unánimemente y proclama a María como Re1na de cielos y tierra y de los abismos. Unas veces se Ja compara a la opulentísima Reina de ~abá en cuyas manos puso Dios todos los tesoros de la misericor– dia divina; otras, a la valerosa Judit cortan-

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