BCCCAP00000000000000000000533

-t:2- que sus hijos sufren sin sentir de ellos com– pasión. Nada puede ni debe retraernos de acudir a su maternal regazo. Nada hay en Ella austero, dice San Bernardo; todo es Ella afabilidad, todo misericordia y manse– dumbre de Madre. Q~íere Dios que la hon– remos así con esta confianza al poner en sus manós la plenitud de. todos sus bienes y riq1úzas del cielo. El venerable P. Isidoro de Sevilla tenía costumbre de sacar en' proce– sión la imr1gen de la Divina Pastora todos los domingos por los lug~nes y sitios donde había ·mayor concurr';'.ncia de gente, y ¡con qué veneración la recibí-anl todos los oj.os se clavaban en la bendita y atrayente _imagen; y cual benéfico imán atraía sus corazones· en pos de Ella. Muchas fueron las conversio– nes que en esas ocasiones se realizaron de– b\do a la protección solícita de la Divina Pastora. Medítese y pídase etc... Deprecaciones y Consagra- • ción, pág. 6. · Ejemplo Perseguido de sus contrarios el glorioso San Juan de Dios, andaba en la soledad de un bosque, en los tér– minos de Fuenterrabía ~Guípúzcoa), guardando su ga– nado. Un dí3:, acosado de sus enemigos, para escapar-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz