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dad. Los hermanos se han reunido para estar con los demás de una manera servicial. El "ir por el mundo",del que habla Francisco, no se trata de una especie de vagabundeo; es el es– tar alerta a las necesidades de los hombres para tratar de ayu– darles. A través de la historia de Francisco y los suyos se percibe esta disponibilidad con los leprosos, el servicio en las casas, el trabajo por cuenta ajena y la mendicación. Todos estos modos de estar entre la gente son una trasparencia de su vida evan– gélica y de Jesús como servidor del Reino. - ANUNCIADORES DE LA PALABRA. A la presencia callada y testimonial como medio de comu– nicación del Evangelio se une la proclamación del mismo a tra– vés de la predicación. Un fraile contemporáneo de Francisco,Jordán de Giano, lo describe así en su crónica: "En el año del Señor 1209, tercero de su conversión, habiendo escu– chado en el Evangelio lo que Cristo dijo a los discípulos al en– viarlos a predicar, se deshizo inmediatamente del bastón, la al– forja y el calzado, cambió el hábito, adoptando el que llevan ahora los hermanos, y se hizo imitador de la pobreza evangéli– ca y predicador solícito del Evangelio" El ideal de la imitación de Cristo en la pobreza y en el anuncio itinerante del Reino, llevado unos años antes por Pedro Valdo, es ahora continuado por Francisco. Siguiendo la línea de los Movimientos penitenciales que florecieron a finales del siglo XII, la predicación de Francisco comenzó teniendo un conteni– do penitencial y pacificador, terminando casi siempre con la alabanza. La predicación penitencial de la primitiva Fraternidad es una invitación a seguir a Jesús desde la misma vida de pe- 6

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