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- 93 San Alfonso de Ligorio .fué un enamo;i,ado l) devoto d!e María y, propagó su devoción muy, mucho. Des,eaba que todos amasen a la Madre de Dios; que pronunciasen su nombre con frecuencia !:J' rezasen ,el Avemaría. Ci-erto día dij·o ,a sus religiosos: ¡ qué hermoso .espectáculo será el ver a María! Yo quiero amarla ,y1 contemp•Larla en ,el cielo. ¿ Quién nos dará la félicidadi d!e morir: en .un día de fi.esta consagrado a honrar a. la Santísima Virg,m? Cuando otgo h~– blar de la Santísima Virgen s1ento que se me dilata ·,el corazon; Y' mientras decía esas pa1abras veiase pintado en (>U rostro ·,e1 ,amor, el gozo H la satisfacción de su alma enamorada die la R,eina del cielo. El sabio P. Suárez estudiaba t,eni:endo siempre delante una imag·en de Maria, a quien dirigía frecuentemi,znte sus miradas pidJendo luz y, ,ayuda, y al. morir dijo: «No creía y10 que fuese tan dulce el morir». • . · , San Ed'mundo, cuando encontraba alguna duda o dificultad en sus estudios, miraba a su ·rmag,en de María, reconoci,mdo que María es fuente de sabiduría y1 le iba bten. San Vicente f,err,er, cé\.ebre misionero, amaba éntrañable'meh'– :te a l,a Virge¡n,, y1 es:e su fervor lo '()omunicaba de Beno a sus dy 1 e11:– tes. Encargaba siemp 1 re la devoción del Santo Rosario,, y1 él, en sus via,j,es, le rezaba ~ada día cinco veces, .as~gurando a sys oy:entes que ·es un medio de p,erseverancia. San Carlos Borromeo arrÍ 1 aba tiernamente a María. Rezaba cada dia arrodillado el San~o Rosario y1 el Oficio, p:ropio de la Virgen, y ayuniabia a _rp(a1n y ,ag;ua las vigliJias d'e. sus _festividades. Mandó que en toda su füóoesis se bonmse con ·tod'o r,espréto el dulce nombre de María cuandlo se Ie oy1ese pironunciar., e hizo colocar en la puerta principal de todas las iglesias p,arroquiaLes de su diócesis una imagen die la· Madre de Dio,s,: p:ara dar a ,e,Ul– tender al pueblo que la pu,2rta piara entrar en el cielo es .la Sa¡n¡– tísima Virgen María. ·El Seráfico Doc_tor San Buenaventur,a, religioso francisca– no, fué también entusiasta de María. Proplagó mucho, su devo:– ción con sus sermones y; escritor,;,, 'Y' prar.a m1a1nifestar el amor que J.a, profesaba no sólo la· llamaba su Madre y1 su Rleina:, sino también su ·corazón y su virha. San Bernardo llámaba a la Virge:n: Robddora de corawn,es, y, piara expresar ,el amor que la tenía le decia: ¿,Por ve,n,f.ura 1JJ0 me rob:aste el corazón? · - San Bernardino de Sena era igualmente constante· adrntra!· dor de las. grandiez.as d'e la Santísima Virgien, la am:ó !JI e1ns,eñó a muchos a que· la amasen. El }a llam 1 aba su enamorada. San Clemente Maria acostumbraba a decir: La devoción a la Virgen es suave, dulce !J' nutritiVla piara el alma. No se entra en una casa sin el permiso del portero. La Santisima · Virg,en es·. la Portera áel ctelo. Preguntó u1i\., Padre j,esuíta a San Esta1nislao de Kostk.a si amaba a la Virgen y: le respondió: Padr,e, ¡ si es mi Mad're ! ¿Puedo d 1 ecirle más? Dijo esas palabras con tanto afecto y, fer– vor, que al Padre le pareció que era un serafin clel cielo el que hablaba de la Madre de Dios. -
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