BCCCAP00000000000000000000530

88 santificante, haciendó,le santo; le destinó para estar con El eternamente en ,el cielo gozando de su divinid!adJ, bo:nidact:, her· mosura e infinitas perfecciones suy1as... Amado joven: ¡ cuántas deudas tenemos p,ara con Dios! Aún más: cuando él hombre d,esobedeció al Señor, en vez de castigarle, como hizo co!n .los ángeles rebeldes, le buscó, 1e llamó1, Le perdoll1ó1 y1 le prometió. el Divino Redentor que había de ..rep,arar ,el daño que su culpa causó. 1 Parece mentir,a ,e increible que· olvidemos ·tanto a Dios, nuestro amabilísimo Padre, que tanto nos ·ama yi desea todo nuestro b1en. Verdad es que tiene ''?l Señor i;nuchos y1 vér:d'adlef• ros adoradores que verdaderamente 1,e aman y, obedecen y1e1n todo desean complacerle; pero ¡qué poquitos son! ¿Y los demás hijos de Adán? ¿No tienen un Dios 1a qui:en obedecer Y' :amar, un cielo que conquistar, un infietmo que ,hu:_i:r 91 un alma que salvar? . Causa honda pena y1 da mied:o ,pensar cuánto ,es. él plvidlo de Dios, cuántas las culpas que le ofenden, cuántas Las bl!].sfer mías que le insultan .!Ji desafían, cuántas las deshonestidades e injusticias que claman al cielo :pidiendo justicia !Ji ej,emplar castigo. Además: JESUCRISTO.-Aunque Dios en sí mismo y1 por sí mismo es infinitamente f.eliz, lo tiene todo y, de :tI,adí,e ;ni d~ nada necesita, con todo, desde que creó al hombr,e con tanta d'ignidadi y1 honra parece que como que no descansa más que amando al hombre y, haciéndole bien, pu~s nos dice: Mis delicias consisMn en est;ar con los hi¡os de los hombres (Prnv., ,s,, 31). Y Jesucristo se ex:· presó así: Am.ó tanto Dios al m'u11Jrto que no parió kast!a dar a su Hi¡o unigémito, a f~n de q,u,e tolfios los que creen en El no p,er,ezcan, s,ino que vivan vida eterna. Au,es no envió Dios sn Hifo al mundo piara corn,denar al miundJo, sino para que p,or su medio el mundo se salve (San Juan, 3, 16•17). , Dios, Señor de infinita grandeza y1 majrestadJ, sin tener nea cesidad de amar a nad'ie mas qufe a sí mismoi, ni d:e que fuese amado, por ser El infinitamente kliz, de .pura gracia !}1 sin que nadie le obligara, amó y1 ama a los hombres, como dioe el Apóstol San Pablo: Dios, qtM es rico en misericord!ia, n,os amó por sa excesiva caridad (Ef,es., 2, 4). Con ese encendidísimo amor para nosotros nos envió a su mismo Hijo divino1, a fin de que nos enseñara el caimino ele nues/· tra salvación eterna con su doctrina y1 1 ,ej,emplo, nos reconciliara con El, nos franqueara las puertas del ,delo, cerradas por él per cado de Adán, y1 viviera treinta 'Y' tres años en nuestra com• pañía, quedándose sacramentado por modio maravil1oso ,para hacemos siempre compañía y· servir de alimento ,espiritual á nuestras almas. ¿Cómo cumplió su divino Hijo encamado ese mcarg.o que el Padre eterno le confió? Con to-da di!ig,encia; sin faltar un ,ápice a su misión sagrada, como consta ,en el samto Ev:ang,elio !J toda La historia lo coñfirma. Sabemos por experiencia ,prro:pria, que vuestra herencia herel· ditaria acá en la tierra no ,es otra que la impotencia, la igno~ rancia, la fragilidad y1 la ceguera. Ig1noramos la mayior p:arte

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz