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- 84 - sonas de la Santísima Trinidad le dli:eron ,ese nombre, superior a cualquiera, excepto 1 el nombre adorabilísimo d:e Jesü~, w dJe tal manera le enriquecieron de poder, grandeza y1 majestad!, que al oírlo tiembla todo el infierno y1 hity;en Los demonios a escom– derse en ,el abismo. Los Santos Padres y1 Doctores hablan con mucho entusia&– mo, afecto y, ponderación del nombre ele María. Este nombre benditísimo ,está lleno de 'mlisterios y1 gran:~ dezas,, como el mar de gotas 'Clle agua. Des:dle la ,eternidlad se escribió en el libro de la vida dJespués dlel nombr,e dfe J,esús, El dulcísimo nombre de Jesús ,el primfer,0, y, el de .Marí,a el sé!· gu:ndo. Este bendito nombre die María fué reveladlo por el An:· 'gel a sus padres San Joaquín y, San!l:a AJna, que les mandó se lo impusiesen a su hija; por ,eso, ,este augustísim'o nombre no fué 'inventado por los hombres, stno bajado del cielo y, _dladlo por Dios. Nó es extraño, porque, como dice Santo Tomás, la bien· aventurada Virgen María obtuvo tanta plenitud de gracia para que se ap,roximase el autor de la mis 1 mla gracia. Según los Doctores u, sabios, el dulce nombre de María sig¡· nifica F.sfrella del mar, Luna, Lucero de la mañana, Esp,eranza, Maestra, Doctora, Madre de Dios.,. Dice San Metodio: ¡Oh Madre de Dios! Tu nombre está Heno de bendiciones. San Pedro Crisólogo añade: El nombre die María equivale a una profecía. Significa salvación para los que renacen, gloria de la virtud, honor ,cfle la pureza, sello die la castidlad',- sacrificio de Dios, ternura misericordiosa que a nadie r,echaza y1 conj'un(• to de toda santidad' (Ser., 146). ' El nombre de María, invocado con fe, calma la ira y, las pa'– siones desordenadas, sostiene .al alma en sus tentaciones y1 lt1¡– chas con el infierno, consuela a los afligidos g1 da victoria ,en el combate. La dulzura del nombre die María embriaga al .alma con delicias de amor divino, es meloifa piara los oídfos y1 alegría santa piara el corazón. Cuando se invoca con fe, coinfia-r¡za y1 amor el dulce, nombre de .María, si no merece ser oído el que 1e invo'ca, interoed!m por él los grandes méritos de Ma·ía, .M.aid're die Diio,s, y1 le alcanzan Io que en su nombre pide. . Después del sacratísimo nombre de Jesús no hay, otrp mlás dulce, consolador y 1 provechoso a los hombres que el d'Ulcísimlo nombre de María. · Es tanta su qrandeza, excelenci'! y virtud; que a: su Lnvoca– ción el cielo sonríe, se alegra la tierra, se r,egocijan los ángele~ U' las almas amantes de María se inflaman en amor divin9. Decía San Anselmo: ¡Oh! El nombre de la Madre 'die Dios es mi .amor. San Alfonso María de Ligorio, cuando oía pronunciar el nombre de María, daba muestras exterior,es de aiegría, die res• peto, y, le cubría con sus besos cuando lo ~eía, !I' lo escribía siempre al principio de todas sus cartas y 1 escritos. En los transportes de su amor solía 'exclam:ar: ¡ Oh mi incomparable

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