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- 69 Muchas veces ignoramos lo que p:odremos, y, la tentación dlescu:• bre lo que somos, die.e K,emlpis. .3.a La tentación esp,ol,ea Y' •empuja. al justo para que _más desoonfí.e dre si .y1 rnás acuda ,a Di-Ols 'Y' mire al cielo. Fortific:a y: arraiga la virtud. 4.º Para· aumentar los nréribos que se adqui,eren en la lu– cha por la virtud!. Cuanta¡; veoes .se rnsiste a la .tentación tantos son los ·mérito,s y1 las coronas en ,el cie1o. ¿A quién n 1 o agradan las ganancias? · 5.º Nos enseña a oonoaer Los 1 mla1es ajenos, a oónilpadle', cernos de ,ellos y, a procurfar rsu ',ay1ud:a. No hay 1 m'ejór cirujano que ,el bien acuchillado, d'ioe el aaagi-o. La tentación nos ilu!– mina, nos enseña, nos da ,ex.pierie:ncfo y 1 nos hace avisados. _Dice el Edesiástico: ¿Qué ,po.drá saber el que no es tent:ado? (E:de 1 s., 34, 9). . Esa es, ,~miado joven, la Nialidad de la vida. Todos los Santos fueron 1 muy1 :µ:robados u ejercitado 1 s ,en la tentación; Y' cuanto 'más nos dlam!o!S a la virtud :más na,s ,en'– vidian, ahorreoen .y1 _tientan los demonios para heoernos caer :y, perdemos ét,erna'mente. · Cuanto 1 más santa es una p'ersorra más la acomete el diablo; porque, si la vence, su triµnfo ,es :may101r y más extraordinario. Ser,emos tentadlos .en una o en ot11a form1a, primero o más tand:e. El Bspiritu Santo die dlo nos· avisa cuando a todos nos dice: Hi/o, en entrando al. s,ervicio !de Dios, p:ersevem firmie e•n la ;usticia y en el temo,r, Y' p!1epa,11a ;~u a/)mla ,para ta tentación (Ecles., 2, 1). ¿Cómo nos prep,arafemios? ¿C,ólm'o ve,nc-erem 1 os? E1mp,lea:ndo los 'q:¡-edios: 1.º prontitud' en rechazar la tentación. Luego que se siente negar1e la entr.ada, sacud'ié,udola como, se sacude la chispa o brasa .que 1salta a la mano. o al vestido. 2.º La completa '~!1esconfianza de nosotros y1 la ,ple:na y, absoluta confianza en Dios, que ha ,!prometido ayudarnos; Y' -Dios no falta ni pued:e faltar a su p1álabra. 13.º Evitar yi huir '.die la ocasión. La ocasión hace al 1a:- drón. Dioe Dios: Quien ama el p1elivo ,,p1rece,1~á en él (Beles., 3, 27). 4.º El recutjso a Dios iptor 1a or,ación y1 jaculatorias. 5.º La de111odón verdiadera a la Madr,e die Dios Y' nuestra. UNA ADVE,RTE:NCIA.-Tod:as las oracioness que la Santa Igle.sia ldlirig,e a Dios las dliri,g'e !_en noimibre de Nuestro Señ.or Jesucristo; porque J,esucristo ,es nuestro R1edlentor, nuestro Me– diador de la justicia. al lado de su ,eterno Padr,e, y¡ todo 1o, tenemos pm Jesús. Si algo_ pitc!Jierels. en mi nlombre, Yo lo haré -dice ,el Salv:adlor (San Juan, M,14)-. Pedic!J Y' se os diará; -buseaa y hallaréis; llamad J' se os abrirá ( San Mateo 7, 7). La ,dlevo.cióil y1 ,el recu1;so a la Santísima Virg•en Maria e:n1- tra tamlbién de lleno •en nuest11a salvación y1 santifi.cació1n yi m el vencimiento :die las tentaciones. Se apoy1a ,esta verdldlad del p1atrodnio de Maria: Lº En. su
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