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68 para que el enemigo no los sorpren:da, de una manera pare– cida debemos estar alerta para no ,caer ,en la tentación,- que vendrá antes o diespµés. Dice el apóstol San Pedro: Sed sobrios Y' estad en v'eld, porque , vuestro enem'igo el diablo anda girando com 1 o león ra,'. bios:o alrededor dJe 11osotros en busca de .plresa que dev'orar (1.ª, 5, 8). Añade el Salmista: Grades tribulaciones están reservadas a tos ¡ustos, pero el Señor los librará d!e todas ellas (Salml. 33, 20). Y el ángel San Rafael dijo a Tobías: Y por lo mismo que eras acep'to . .Gt Dios, fué necesart:o que la tentación te p:robase (Tobías, 12 13). Dice San Agustín: Nuestra vida en ,este destierro no ¡puede pasar sin tentaciones, porque nuestro adelanto espiritual en! lai virtud se obtiene por miediio de .la tentación vencida. No p 1 d– demos conocernos sino p,or la tentación; no podemos vencer sin comlbate; no 'µ'Odemos ,co1mbatir sin enemigos ni tentaciones; y, no podemos ser coronados en ,el cielo sin haber generosamen– te vencido acá en 1a U.erra.» El apóstol San Pablo nos alienta a la lucha cuando dice: Fiel es Dios, que no per,mUlrá seáis tentados sobre 1 1 uestras fuerzas, sino que ele la mlsmia tentación os hará sacar provecho para que podáis permanecer firm!es '(1 Gor., 10, 13). Y a los Romlanos: Si Dios está por nosotros, ¿quién p:odlrá contra nosotros? (Rom·., 8, 31). La divina Escritura 00 1 mlp·ara la tentación .a la criba que separa .el trigo de la piaja. El grano se queda y1 desaparece 1a p:aja, que se quemia ,en el fuego. }\:sí los buenos y1 justos resi:sfon ,a las tentac;tones del ~nfiei,– no, mientras que los pecador,es caen ,en la culpla, porque no pelearon ·v,aroniltn!ent,e1 El Papa S.an León se expr,esa de ,esta 'IIl!all!era: «No hay! grandes obras ele virtua sin las pruebas de las tentaciones. La fe ;;e confirma con las :agitaciones; no hay1 coimbate sin ene– migo, y; no hay victoria sin llegar a las manos. ·Si quer~mlos triunfar es necesario oomlbatir. Y Jesucristo dijo: El reino dJe los fieles se alcanza a viva fuerza, y sólo los que se hacen violencia ( a sí ,mis'm 1 os) son, los que le arrebatan (San Mateo, 11, 12). Y el evangelista San Mateo: Jestís fué condJdacido del Es– píritu (de Dios) al mesierto piara qae fuese tentado por e! diablo. Amado joven: No te extrañ,e que ,en una o ,en otra formla nos ,venga la tentación -del ene'migo: 1por la rabia y el odi.d que tiene a· Dios,_, y, la •envi¡i:ia que nos ttene. Por ·varios fines permite el Señor que seamos tenta!d,os: 1.º Para probar si le son fieles sus amantes !J' cuánta es la solidez de nuestra virttfd y1 el amor que le tenemo~. Obnl!s són amores y1 no 'buenas razones. · - · 2.º Para que nos arraiguemos más y, fmás en la virtud de la hu'mildiad; La virtua se adquiere en Ja lucha, combatiendo.

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