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el jóven le pr,eguntó:-¿Con quién hablas?-Con el demonio, contestó el mag,9.-Al oír esas palabras 1 el joven se Henó die espanto y,, ,el mago trató d:e calmarlo. Luego habló al diem'onio e~poniéndole ,el ,estado del joll'en !:I' cóm'o deseaba socorro. Con'– testó el demonio:-Vo 1,e devolv,eré centupiicadas riquezas; p,ero antes tiene que reneg.¡ir de Dios.-Horrorizóse el joven con tal propuesta; pero, instigado piar el hechicero, se determinó a ire:– negar de Dios. -No basta eso-contestó el demonio-;-. Le ;('.xijo que tam– bién reniegue de la Virgen Maria; porque, fuerza es recond– cerlo, .por .Ella nos Vienen 1¡is rrray1ores :<$errot 0 as .Y' p!érd'idas. ¡ Cuántas almas arrancó de nuestras mainos !J las llevó a Dios y, al cielo! lU ,escuchar eso el joll'en resp·ondió enérgico: Jamás rene– garé yo die la Madte de Dios, que es mi Mad're... ·Luego huy'ó de aquel lugar; acudiió a la Santísima Virgen, se arrepintió, se confesó y, recobró la gracia y la paz de su alma. El caballero que había comprado la her,encia del jo\'en disi– pado se enteró die todo y1 Ie d'ió en matrimonio a su única hija, y, quedó heredero de todo. Adiós. Manda a tu afiectísimo en J,esús, María Y' José, P. PACIFICO CARTA~XVIII La SanttsÍ!m'a Virgen María ayuda y consuela a sus rl;evotos en vida, sobre tod!o en [a hora dJe la m'uerte, y les {leva al cielo. Carisim10 júVen: La Santísima Virgen María ante el gran misterio de la Encamación drel V,erbo divino que se había obra– do milagrosamente en su purí_si:m:o y virginal seno, en un trans– p:orte de júbi1o y; de agradecimiento, improvisó un hi'mno o cántico de .alabanzas a Dios, diciendo entusiasmada: Mi alma _{!!orifica al Señor, y mi esp'ín"tu ,está tra.nsp 1 ortadio dle gozo en el Dios salvador mío. Porque ha p 1 uesto los oios e,n la bai,eza de su esclava: p1or tanto, ya desde ahora me ltam'arán bieinave,nturada todas las generaciones (San Lucas, 1, 46, 47; 48). La historia de cerca d'e dos mil años confirmia que esa pro– fecía de la Virgen María s-e ha cumplido en toda su extensión y1 pormenores. ¡Qué herm'oso y 1 encantador esp,ectácu1o ver Y' . admirar ,el continuado Y' jamás interrumpido desfile ante la imagen die María Inm1aculacfa d'e todas las generaciones crey 1 entes de veinte centurias, entusiasmadas con éxtasis d'e amor, entonando cánti– cos _sagrado~ a la Madre de Die\> y1 'nuestra! ¡Qué gozo !:l' satis– facción más completa, en las funciones r-eligiosas, ver a los