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tenido una vida rota y llena de deshonestidades, homicidios y ·otros crímenes, que me han desesp,erado !l' aún he resuelto pecar más !l' más; no tanto para saciar mis pasiones, cuanto para saciar el odio que tengo a D.tas !J! venganm~ die El. Añadió que por desprecio había abofeteado un crucifijo que llevaba consigo, y que, aquella misma mañana, había comulgado sacrí– legamente, con .el fin .de pisotear la hostia consagrada. Acto seguido entr,egó al Padre la hostia consagrada envuelta en un papel..» Así fué diciendo sus p,ecados..., añadiendo el jo.ven «que al pasar por delante de aquella iglesia, sin saber cómo, Je vino el deseo de entrar en -ella; !:J' ·~uego le asaltaron gr.andes r,emor.– dimientos de conciencia y, deseo débil de confü:isarse, Y' por ,eso se puso delante del confesionario... Que intentó salir del tern(– plo; p,ero que una fuerza invisible le había clavado allí». El Padre le preguntó: «Dime, hijo mío, ¿qué bueno hiciste en tu vida para que ef Señor te conoedi,era ,esta gracia del arr•el,– pentirniento verdadero y, lágri!mas que veo ,en ti? ¿Hiciste algo en ·honor de la Virgen María?» «Nada hice, Padre, sino gran– des pecados». «Recuerda bi,en, hijó mío porque gracia tan ,espe– cial no suele concederse sino por intercesión de la .Madre !del Dios...» «Nad 1 a, nada». Luego se acordó que llevaba al pecho el escapulario de la Virgen de los Dolor,es... ilquí, aquí está la razón, dijo el Padre. La Virgen te salvó. Dale gracias... El joven comenzó a llo– rar... Dió permiso al confesor para publicar los -misericordias de .María Santísima... Adiós. .Manda a tu afectísimo en Jesús, María !Ji José, P. PACIFICO CARTA XIII La gran mis,eric.ordia de ta Santisimra Virgen Marfrt nos convida y debe moV, em.ds a din~a.rla y honrada cada dia. Carísimo joven: Recibí tu atenta y1 estimada !J1 en ella me dices: ¿Cuándo me hablará ust:ea• de las grandes m1isericordias rle la Madre de Dios? Créemle, amigo m:íq: tú y1 y1 0, a la vez, teníamos el m'ismo p,ensami,errto y1 ·cteseoJ, !J' va,y[ a p11ocurar cont– placerte. Mira, amado joven: Llenas están las Sagradas Escrituras de encomiQs yr alabanzas ele esa grandiosa y: 1 encantadiora virtud de la misericórd'ia, de tanto atractivo y1 muy· halagüeña .para nosotros, y: hablando de la misericordia die Dios nunca acaban de ensalzarla y, ponderarla los libros santos del Antiguo !J' Nue- vo Testamento. º