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= 39 --- . EJEMPLO.-+El Padre Dieg 1 0 .Martínei decía co1rt entera per$uasión: «Yo quisiera tener Jos corazones d'e todros los .. Jfo'· geles y· die todos los• Santos pm;a amar a, María tanto· como ellos la aman. Yo quisiera tener a mi disposición la yida die todos los hombres para consagrarla al servicio de María,,. E'se es el sentir y, el. lenguaje sincero die un verdadero hijo ctrí! La• Madre de, Dios. , . Joven querido: N,o .olvides jamás que eres hijo d'e la Virgen María. Dicho.so tú, si te ·portas como verdadero hijo. die La Inma'• culada. Por amor a .tan santa Madlr,e, sé humilde y, casto, r,ezá cada día ,el santo Rosario y 1 comulga en sus festivic!adles. Adiós. Mand[a a tu af.ectísimo en J,esús, María yr José; P; PACIFICO CARTA XII La Santtsim'a Virgen Maria, como Madre rle Dios, es omni– potente rior ,especial gracia y. p'rivil'egio irle sa divino ifi¡o J,~siiJ,- 'cristo. Amiémo, s.la Y' acwda,rldis a Ella. ' . Carísimo joven: Dios Nuestro Señor que creó al hombre, le elevó al ordlen sobrenatural, le infundió la gracia ·santificante<; le hizo santo Y' le dlesti:nó para ,estar con El eternamente en ,el cielo, al verle caído en ·p,ecado oon la 1 cornciencia toda rievuelta: y1 destrozada por la culpa, se compadeció de él Y' ¡Viéndlo1le íarrepenti.dlo 1e pierdo:nó, y1 no se contentó con eso, sin:o que a1lí mismo 1 1 e prometió ,el divino R,edentor que había die remediar :su daño y, salvarle. Y,o ¡uro----,dice ,el Señor Dios-que no quiero la muerte del implo, sino qu,e s,e conl/ieria de sa mal p 1 roi:eder y1 viva... Y en cualquier o,casi6,n en' qu.e el implo se co,n1Jiril1erd de su imipiei!Jact; la imp'iediad no le dañará (Ewquiel, 33, U, 12). Así fué siempre Dios para con el hombre. No quiere ,ej,ercer con él tódo el rigor de su justicia, g, como verdadero Pacfr.e le manif.estó siempr,e la abundlancia de su amor, paciencia, bondfad y1 misericordia. La historia es quien. lo dice. ' Y no solamente se digna escuchar itlUestras súplicas, sino que desea le .roguemios ·e rmportuniemos ,en la ,oración, como r•e· petidias veces lo as,eguró Jesucristo. Aún más. Para que illo nos asombre e intimide su infinita grandeza, m:ajestad Y' respla:ndb,r, nos concedió por med!ianero. e intercesor a su divino Hijo Jesucristo, por cuyo medio podemos pedirte todo cuanto <;!,esiea 1- rnos y necesitamos. Nadie vie1ne al Pa.dre .'sino por Mi (San Juan, 14, 6). Tenem 1 0s por abogarto piara con el Padre a Jesu:-