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- 32 - de Zaragoza, Montserrat, Covadonga, Laureles, Fátima, Virqen del Camino, de los Remedios... Otros llevadlos g, como arrastrados de su _amor a María hicie~ ron _grandes __penitencias, a'tormentando su cuervo con a]J'i.mos, cama dura, disciplinas y: cilicio. A\gunos se _privaron ·del sueño, velando en oraéión al pie del altar de una lma9en de María, o emprendieron larcras y1 cosfosas l!eregrinaciones QOr visitar los santuarios :a la Viruen cbn– sagract'os. Muchos también, por amo•r a la Maclre de Dios, se dedica– ron ·a servir a los enfermos en los hospitales o casas de bene,· ficiencia, a_yud'and'o a los leprosos y· pobres... Tam_p.cico faltaron, ni faltan hog mismo, tantos an.antes de la Virgen..., sacerdotes, religiosos, almas entusiastas y celosas dlel amor y culto d'e la Reina de cielos _y1 tierra, que con celo_ prudencia y1 santa ao– tividad promueven el ,aumento Y' el fervor de las Congrega– ciones Marianas, Cofradías o Asociaciones establecidas en su honor, las visitas domiciliarias efe las capülas o a sus altares e imágenes, la Comunión de los primeros sábados, la prepa:– ración de las familias y, parroquias para Ja celebración del mes de .Mayo, novenarios, quinarios, triduos y com,uniones generales en sus festividades... Ad~más, ¿quién hay, que no lleve consigo un recuerdo a la Virgen Sagrada, un ro~ario, un escapulario, una meda!La, un hábito_ !l' 1[]Jo guste de leer u_n libro que hable de las grandezas, glorias, bondades y1 misericordias de Maria? ¿Quien hay• que no le rece el R1osario cada día? . · Tú y, •yo, amadio joven, imit(?mos el buen ejemplo de los a¡nantes de la Madre de Dios 91 nuestra Y' nos i_rá bien. Mucho espera de nosotros ,esta celestial Reina 1) 1 necesitamos de su amparo y, defensa in las tentaciones, prm~bas y, amargu– ras de la vida, para no caer en _pecado,; !1, si alguna vez caemos en 'i;.Ulpa grave, para que nos ay,ud,e a levantar piur el verdadero arrepentimí,ento, haciendo un acto .de p·erfocta contrición y1 luego la confesión sacramental. ¡Ah! El verdadero¡ y1 fino amo¡r a ,1a Virg,en María pone fue'· go y 1 movimiento a la intelig,encia, a la voluntad, al éorazón y ~ los pies, y· aun a la mano, para buscar amantes y· enamorados corazones a Jesucris!to y, a 'Su Santísima Madre Maria. Ama ·y haz lo que quieras; porque nunca harás cosa que desagrade u· ofenda al Acmado1, si el amo,r fuere verdadero y1 de buena l,:y•. EJEMPLO.-Un comandante del Ejército refirió al P. Gras'.– set que después de una batalla enc-')Utró tendid!o, ·en .el suelo a un soldado que tenía ,en la mano un rosario y, un escapulario, y que a ·grandes voces pedía un confesor. Una hala le había atravesadlo la cabeza, entrando por l'a frente de tal manera, que le salían los sesos por entrambas heridas, y, naturalmente no podía vivir. La Santísima Virgen que estaba en su favor, le alargó la vida... y, aun tuvo fuerzas para levantarse Y' confesarse con el Padre capellán, con grandes señales de arr,ep 1 entimiento dJe sus pecados, y, luego de recibir la .absolución expiró. (Ver. der., p,. 2, l. 6.) .

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