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- 31 - y1 nada teme tanto como la 1 tr1uerte, y ninguna cosa ,desea, con más ardor !:l' ahinco como la inmortalidad. Esta es la asptración general de todas la criaturas que tie• nen vi.da. El cristiano que tiene viva f:e sabe que tiene o, que debe tener dos vidas: la vida natural yr la vida sobrenatural y 1 di~ vina. Sabemios 1o que hace ,p,or la vid!a natural; pero, el cris,– tiano fervor,oso, sin descuidar 1o perteneciente a .Ja vid.a natural, se esfuerza por conservar, dief.endler JJI aumentar cada día la vid?J. sobrenatural de la gracia santificante en su alma, ,empleando todos 1os medios de santificación, hasta llegar a la más alta y, perfecta unión con Dios mediante la· práctica de las virtudes cristianas. Como nuestro esencial !:l' único negocio ,es salvarnos y1 al– canzar nu.estro último fin, los· amigos de Dtos y1 los Santos pu– sieron especialísi'mo cuidado en :procurar con todas sus fuerzas la devoción fervmosa !:JI constante a la Santísima Virgen M.af– ría: ¡¡1a que ,por medio de sJ )poderosa iptercesión t,endlremos entrada con Jesucristo su Divino Hijo. Puerta c1'21'cielo es M.aría !JI NI.adre de misericordia, ~,oh joven crey:ente ! Levántate, _camina, corre a los pies die la M.adr,e de Dimi... Gom;o .es _gran sefü1l efe predestinación el ser devotos \'ercladeros de la SaQrada Virgen, Jos Santos no podían menos de ser devotos de María. La hisl– toria confirma esta afirmación. Léanse las vidas de los Santos !:J! en ellas se v,erá _y: se admirará el \'er.daclero y1 encendido amor que profesaban a la Reina del ci,elo,, y1 tanto más cuanto más santos eran. Recordemos que la devoción a ·la Virgein M.aría . nació con la Igliesia, !:J! que 1qs primeros cristianos le fueron entusiastas devotos. Léans,e también los inuchos escrit.os ·oe los apologistas del cristianismo,· de los Padres !:l' Doctores die 1a Iglesia de Cristo y1 se verá ,en el1os con qué ,encomios, alabanzas !:J' entusiasmo hablan efe María Santísima. ' Comp de paso te r•zcordaré los nombres de al.!Junos, conu• cidos de todos, como San Ireneo_, S.an Efrén, San Epifanio, San Agustín, S.an Jerónimo San Basilio, San Ambrosio, San Crisóstomo, San Gregario, San Juan Damasceno, San Pedro Crisólogo, San Leandiro, San Indlef,01nsci, San Bernardo, San Buenaventura, Santo· Tori:liás, Beato Juan Du:ns Escoto, San Francisco 'de Asís, mi glorioso Padre, Santo. Domingo, Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de .Loyola, San Bernardino die Sena, San Vicente Ferrer, Santo Tomás de Villanueva, Beafo Juan de Avila, San Ligorio, San Antonio Claret, Sani Lor,mzo de Brindis, Beato Diego de Cádiz... y; otros muchos bien conocidos y1 alabados de la historia, y: sin hacer mención de muchos mi" .!lones de almas enamoradas de la Virg,en 'M.aría, las cua1es puc blican sus grandezas ,!Ji propagan su devodón con la pialabra, el ejemplo y, la criatura... ¿Cuántos libros se han escrito ct:e M.aría? ¿Quién los cont ¡i.rá? Muchos de esos Santos ·enamorados de la Madlre .de Dios emplearon buena parte de sus bienes ,en levantar maiestu.osos santuarios, catedrales, colegiatas, parroquias, i,glesias o capillas dedicadas a honra de la Virgien y1 centro de cita donde acu'· den muchas almas y, numerosas peregrinaciones·, como al Pilar

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